El Parque Nacional Iguazú de Misiones, Argentina, forma parte de la Ecorregión conocida como Selva Paranaense. Al contrario de los que algunos pueden pensar, la Selva Paranaense se diferencia del Amazonas en muchos aspectos, principalmente por ser un clima subtropical (y no tropical) que puede presentar muy bajas temperaturas e inclusive heladas en invierno. De hecho la región está separada de la Amazonia por una extensa barrera menos húmeda que va desde el Gran Chacho a la Caatinga en el nordeste de Brasil.
Esta región es fundamental para la calidad de vida tanto de humanos como de todos los demás animales que allí habitan, asegurando la biodiversidad necesaria para el bien de todos, ya que los bosques son vitales para la protección de las cuencas hídricas, la prevención de la erosión del suelo y el mantenimiento de las condiciones ambientales necesarias para la existencia de ciudades y áreas rurales. Esta ecorregión se encuentra además situada sobre una gran porción de uno de los mayores reservorios de aguas subterráneas del mundo: el acuífero Guaraní, que alberga alrededor de 40.000 km3 de agua dulce.
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Parque Nacional Iguazú-Misiones-Argentina-2013 |
Lamentablemente, la Selva Paranaense, que abarca alrededor de 470.00 km2 desde los faldeos occidentales de la Serra do Mar, en Brasil, hasta el este de Paraguay y la provincia de Misiones en Argentina, no está exenta del capitalismo salvaje y la codicia del hombre y se encuentra altamente amenazada, quedando sólo el 7% de su cobertura original. Aún así, es uno de los ecosistemas biológicos más diversos de la tierra y contiene más de 20.000 especies de plantas, más de 500 especies de aves, más de 50 de anfibios y casi 200 de mamíferos, siendo algunas de estas especies endémicas (únicas en ese lugar y en ningún otro en el mundo) y en peligro de extinción, tales como el jaguar, la yacutinga, la nutria grande de río, el macuco, el pato serrucho, el loro vinoso, el pájaro campana y el águila harpía. De hecho algunas de estas especies requieren de grandes extensiones de bosque continuo para garantizar su supervivencia, lo que representa un gran desafío en un paisaje tan fragmentado.
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PN Iguazú-Argentina-2013 |
Creo que ya vivimos demasiado tiempo pensando que la naturaleza nos pertenece y que es inagotable. Citando al naturalista Juan Carlos Chebez, "la extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes del deterioro ambiental en el mundo, ya que constituye un proceso irreversible que nos priva para siempre de un material genético único e irreemplazable del que tal vez ni siquiera sepamos aún qué aplicaciones prácticas podrá tener en beneficio de la misma humanidad que lo destruye. Ese tal vez sea el concepto más fácil de comprender en el mundo materialista e interesado en que habitualmente nos movemos, pero no es el único motivo que aconseja la conservación de especies. Efectivamente, ya tendría que bastarnos el sólo hecho de no alterar sustancialmente la delicada trama que une a los seres vivos entre sí, y que nos recuerda que cada especie ocupa un nicho ecológico peculiar que, con su extinción, queda vacante o es ocupado por otras especies más ubicuas, con lo cual se simplifican o desaparecen cadenas alimentarias singulares; y como si esto fuera poco, el sólo derecho a coexistir en el planeta Tierra de las especies vegetales y animales debería erigirse como el principal argumento para evitar la extinción por todos los medios".
Las causas que amenazan al bosque son numerosas y en el caso de la Selva Paranaense son más complejas aún porque se dan en el marco de tres realidades socioeconómicas muy diferentes entre sí en los tres países (Argentina, Paraguay y Brasil), aunque en todos convergen la desigualdad social y por ende la falta de educación (no sólo ambiental).
Las principales amenazas son:
- Corrimiento de la frontera agropecuaria: en esta zona se encuentran plantaciones de soja, caña de azúcar, maíz, algodón, trigo, tabaco, café, entre otros. Esta actividad provoca altas tasas de desmonte de bosque nativo, incendios, degradación del suelo, contaminación por agrotóxicos, etc. Esta situación se ve agravada por la alta concentración de la tierra, lo que deriva en la gran asimetría de poder que presentan las grandes empresas y grupos económicos para imponerse a los pequeños y medianos campesinos y pueblos originarios e inclusive a los gobiernos. Es el caso por ejemplo de la gran Monsanto, creadora de los organismos genéticamente modificados, del glifosato, del agente naranja (utilizado en la guerra de Vietnam) y de tantos otros males.
- Cría de ganado: esta actividad requiere de la conversión del bosque nativo en pastizales para pastoreo, así como también representa una competencia para la fauna silvestre nativa. De hecho son numerosos los casos en que pumas o inclusive yaguaretés son asesinados por miedo a que estos representen una amenaza al ganado.
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Ruta Nacional n°12-Misiones-Argentina-2013 |
- Actividad forestal: se han explotado especies nativas como la araucaria para la obtención de madera. Los bosques nativos que han sido desforestados sufren generalmente un proceso de invasión por parte de especies nativas de bambú que ocupan los claros abiertos e impiden la regeneración natural del bosque. También se realiza la implantación de especies exóticas que terminan invadiendo a las especies nativas y no permiten que el bosque se recupere. Actualmente un alto porcentaje de la madera nativa se comercializa ilegalmente siendo sus principales destinos San Pablo y Buenos Aires.
- Grandes obras de infraestructura: en esta zona las obras más dañinas por excelencia han sido y son las megarrepresas hidroeléctricas, como las de Itaipú y Yaciretá. Estas represas no sólo se han limitado a inundar grandes extensiones de bosque nativo sino que han impuesto nuevas barreras que incrementan la fragmentación del bosque. De hecho, existen múltiples acciones ciudadanas para tratar de evitar que sigan construyendo estas megarrepresas como el colectivo "Mesa Provincial NO a las represas" que realiza acciones a favor de una matriz energética sustentable. Por su parte, los caminos también constituyen una importante causa de fragmentación y de atropellamiento de fauna, cada vez más común.
- Caza ilegal de fauna: la caza de especies nativas está prohibida por ley en los tres países. Sin embargo, la caza ilegal está muy difundida en esta región y muy arraigada culturalmente. Aunque cabe distingur la caza por subsistencia de la caza comercial, que representa grandes ganancias para los que controlan la cadena que se aprovechan de las necesidades de los pobladores nativos de escasos recursos. También cabe mencionar a la lamentable caza deportiva y a la caza de "plagas" la cual casi nunca está científicamente sustentada, como ocurre por ejemplo con el caso del puma, ya que no hay estudios suficientes que evalúen su verdadero impacto ganadero.
En definitiva, si bien el sistema de Áreas Protegidas nacionales y provinciales podría ampliarse, no existen demasiadas posibilidades de establecer nuevas zonas de conservación con exclusión de presencia humana, lo que plantea un nuevo y mayor desafío: encontrar fórmulas de convivencia entre el hombre y la selva.
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PN Iguazú-Argentina-2013 |
El Bosque nativo tarda años en recuperarse. Tenemos que despertar como especie y cambiar las prioridades abordando integralmente la problemática. No creer en la dicotomía naturaleza vs desarrollo o progreso. No son ellos o nosotros. Somos todos (los yaguaretés, los pumas, las águilas, los pecaríes, los yacarés, los peces, los árboles nativos, las araucarias, los hombres y las mujeres) o ninguno.
Fuentes consultadas:
- Brown, A., U. Martinez Ortiz, M.Acerbi y J. Corcuera (Eds.), La Situación Ambiental Argentina 2005, Fundación Vida Silvestre Argentina, Buenos Aires, 2006, consultado el 18/09/13 http://www.fvsa.org.ar/situacionambiental/navegador.html
- Chebez, J.C. y C. Bertonatti. "Problemática ambiental de la Argentina" en Chebez, J.C.2008. Los que se van. Fauna argentina amenazada. Tomo 1, Albatros, Buenos Aires.